Las personas con diabetes tienen una elevación anormal de azúcar en la sangre, y carecen de suficiente insulina para metabolizar el azúcar en la sangre. Como consecuencia, la glucosa en sangre (azúcar) entra anormalmente determinado el tejido nervioso y daña el nervio. Esto puede ocurrir en cualquier tipo de diabetes. No importa si el paciente está en la insulina, está tomando pastillas, o se controla la dieta. El daño a los nervios que se produce se considera que es permanente y puede padecer neuropatía diabética.
A medida que se produce el daño a los nervios, la sensacion de protección se ve afectada, ya que no perciben la sensación de dolor como un paciente sano. Estos incluyen la capacidad de una persona para determinar la diferencia entre las diferencias de presión entre agudo y romo, fríos y calientes, y las vibraciones. El proceso se inicia con una sensación de ardor en los dedos de los pies y avanza hasta el pie en una “distribución en calcetín”. A medida que la enfermedad progresa, los pies se vuelven más y más insensibles.
Algunos pacientes describen la sensación de hormigueo constante, o como si caminasen sobre algodón, o un colchón lleno de agua. Algunos pacientes se quejan de quemazón por la noche, por lo que es difícil conciliar el sueño. También pueden tener la sensación de que están fríos, sin embargo, al tacto, tienen la temperatura normal de la piel. La neuropatía diabética periférica no es reversible. La progresión de la enfermedad se puede detener por el mantenimiento de los niveles normales de glucosa en la sangre. A medida que el paciente desarrolla la neuropatía diabética, tienen un mayor riesgo de desarrollar ulceras en el pie e infecciones y sequedad en los pies.
Con una adecuada valoración, que se hace en consulta, sin resultar ni invasiva ni dolorosa para el paciente, podremos valorar si el paciente padece una neuropatía diabética. La exploración de los pulsos mediante Doppler, el análisis de la sensibilidad vibratoria, los reflejos y el examen con el monofilamento de Semmens-Wenstein son obligados para conocer el nivel de riesgo de cada paciente.